Ninguna soy la que escribe ante tu mano un deseo de noches sin costuras ni soy quien acepte el convite cuando alejaste mi jardín de la huerta de tus brazos
ninguna soy la que marchite la flor que inspira tu lucha vertical encadenada de palabras
todas fui yo la que arengó con tangos la mañana
tal vez algún día sólo uno verás que del engaño no se vive ni se muere que el que engaña siempre se engaña
En el zaguán de la ruptura define su eslabón de permanencia acepta la palabra decisión que otorga la distancia suficiente para mudar de traje la frase a mano alzada
Restaura partidas entre suburbios de piel. Y corta madreselvas que rompan el silencio. Tras él, el olvido será sólo viento / aguacero / charco. Penará la frase de amor. Vibrarán remembranzas, sin tacto, motivo de auroras.
Tapizada de escombros aún huele a rosas.
Elisabet Cincotta derechos de autor reservados Poema editado por DUNKEN en Agujas del tiempo, Selección de poemas de diversos autores