domingo, octubre 28, 2007

UN ADIÓS

Por ser hijo del viento
no detienes tu camino
a pesar del aullido de la noche,
del amor, del trino,
de la soledad luciérnaga
y del tiempo.

Por orfandad de albas,
mina, incienso, motivas
del andar ninguna estancia
y no quieres ser lucero, agua,
nieve, silencioso torrente, catarata.

Por no ser quien amanezca en mi mesa
hoy rubricas un adiós de despedida.

Elisabet Cincotta

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

domingo, octubre 14, 2007

ESA MINA


Esa mina huele a heno
se acerca batiendo historia.
No hay más victoria
que encontrar en la canilla
colgada la bombachita*
que recuerda una noche.

El amar se hace fuego
cuando la mente disipa
engaños, curdas, querencias,
pérdidas y enconos abriéndose
al encanto de la palabra hecha
en melodía sincera
de frases, ritmos y ciencia.

No se ponga el cascabel
sólo juegue su vida
que esa percanta seguro opina
que es usted un dandy, un ser
del amor, que en toda ocasión
baila con garbó y en su corazón
talla de ensueño las madrugadas.

Que de mina su palabra es
"este coso me mata"

Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados
*De la canilla tango-letra de Raúl Castro

SE PIANTÓ

Se piantó la mina-fueye-
tras haber cortado el lazo
que por gil en el mangazo
atardeció tras una esquina
un farol de luz sepia
y un pañuelo abotonado
del cafisho encadenada
resurgió cual libertina

nunca arruga la mina
sólo descansa pasados
en su bulín trajeado
de madreselvas despierta
al convite de una gomia
que la sacude en la letra

chamuyemos de la vida
que el tango nos trae
desde su encanto
el tajo de la pollera
y el funyi que nos espera
a la vuelta de Medrano


Elisabet Cincotta
derechos de autor resevados

domingo, octubre 07, 2007

ERES

Así en el perfecto desorden,
caminador de vientos
sin leyes que limiten.

Hombre competente
por palabra-brisa
moldeas la figura amante
a tu antojo.

Predador de ideas-simiente.
Recaudador de paisajes.
De murales vestiste mil fogones,
de cantos mil nombres-hembra
en la luna.

Rebelde asterisco ante la lumbre
de un cielo mapuche.
Nunca erróneo tu vuelo altivo,
que, de cóndor tiene su plumaje.
Ofreces noches de regazos.

Y eres así
por las batallas perdidas
y las victoriosas,
mientras tanto del tanto
un tango murmura
y duermo aprisionada en tu mirada.


Elisabet Cincotta

derechos de autor reservados