viernes, julio 21, 2006

TANGO III

Tango arrabalero
de percantas, minas y yiros empapado,
de hijos perdidos en la noche,
de trago amargo, de amores muertos
y de pasiones nuevas.
Tango requiebre en tu vereda
con faroles moribundos,
rufián de grelas solitarias,
botón junando el balcón de la más bella,
tango lunfardo en tu idioma y tu poeta,
quejoso de la vida,
filósofo en tu hacer de cada día
escondido en el alma del porteño
Tango reo, tango libre,
oscurecido en el olvido,
amanecido en las voces de los cantos
descubierto en tu haber y tu poesía.

01/2004
derechos de autor registrados

domingo, julio 16, 2006

QUÉ TANGO



Qué tango debo escuchar para olvidarte.
Qué tango debo bailar para encontrarte.
Qué tango debo soñar para que me ames.
Noctámbulo, trashumante, rantifuso,
melancólico rufián de los encantos
donde la mina se mece entre tus brazos
y aprieta sus muslos a los tuyos.
En la guitarra y el bandoneón las notas fluyen
jugando en el salón casi vació
y mi cuerpo se llena de nostalgia
al mecerme acentuando su cadencia.
Qué tango debo inventar en mi memoria
para que nazcas en mi mente cada día
melancólico rufián de los encantos.
Mano, quebrada, cadera, piano
inmolado en el silencio de mi vida.

ELISABET CINCOTTA
25/03/2004
derechos de autor reservados

TANGO AZUL


Tango azul,
de las orillas sucias del Riachuelo,
que estremeces la noche con tu llanto.
Tango, cielo, cielo y tango,
azul en tu nostalgia y tu recuerdo,
tango mío
candente en tu cintura y en mi cuerpo.
Tango, Buenos Aires....
amor, pasión, ternura y canto...
cuerpos que vibran furiosamente
para descansar en el compás de tu abrazo.

Elisabet Cincotta
18/12/03
derechos de autor reservados

TANGO MIO II



Tango malevo y sensiblero
pasionario de las minas y las penas
que te acercas a mi arrabal
con tu canto
y te apoderas de mi voz y de mi encanto.
Tango nacido en mi vida
por las calles perdidas en llanto,
de tristeza cambiaste mi fuego
por sentirte ferviente en mis brazos
Tango, poesía y leyenda,
recorriste mis noches velando
del amor que se fue y del que vino
en el estaño bebiendo mi trago.
En tu melodía las madreselvas florecen,
en mi melancolía tu paso,
en tus figuras mi cuerpo se enhiesta
para confundirse con el que quiero tanto.
.
Elisabet Cincotta
24/12/03
derechos reservados

jueves, julio 13, 2006

LA LUNA Y EL MALEVO

I
La luna junaba al cafisho glorioso
que lloraba a su vera su desencanto.
La mina, la suya, escapó a otros brazos
y el rufián recién supo que la amaba.
La luna junaba al melancólico macho,
que con un faso en la mano,
sólo le pedía por la paica amada.
Al ver tan tierno al malevo
la luna bajo del cielo para besarlo.
18/08/2005
II
...Y no le importó perder su vestidura,
bajó para abrazarlo...
Y quedó prendada del encanto
del malevo que lloraba una ausencia.
Se sentó a su lado, enamorada,
acarició sus cabellos ondulados...
y el amanecer los encontró,
a ella: mujer...
y a ambos tomados de la mano.
30/08/2005
III
...Y los amantes miraban el oscuro cielo
sin brillos de plata...
andaban por el mundo sin consuelo.
La luna comprendió su destino
y una noche dejó al malevo.
Si en la esquina de algún barrio
ves una sombra apoyada en el farol
es el malevo que la espera eternamente
con su llanto, con su verso y su canción.
03/09/2005
IV
El viento voló su funyi,
el granizo deshilachó su vestidura,
la lluvia borró su figura...
y el malevo adorador de la luna
lentamente fue haciéndose bronce.
El cemento y las luces del presente
reemplazaron su farol en las esquinas...
si alguna vez encontrás uno,
miralo bien porque en el poste tallado está él,
con su rostro levantado hacia el cielo
contemplando a su querida: la luna.
Buenos Aires se quedó sin malevos...
Los amantes, con la luna.
25/09/2005
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