
De pie, siempre de pie,
busco, más allá de la línea ficticia del tiempo,
interrogantes que frecuentan la duda del existir.
Y nada .
La voz, silencio. La mente hurga respuestas.
Allí, ante mí, esos ojos, que sacuden siglos,
me miran y no saben qué decir.
Me acerco, ellos me acosan. Los enfrento.
Tras ellos la vida, distingo momentos
¿son los míos?
¿fueron mías las palabras, los sueños?
¿Son esos ojos el pasado?
De pie, siempre de pie,
los ilumino y sigo adelante.
Elisabet Cincotta
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