Manos ajadas
manos de pañales
mamaderas
surcos
y semillas
manos jardineras
cesped de verano
amasijo leudante
canela y pico
manos de pintura
de paredes y ventanas
marcos de miradas
manos destruídas
manos de caricias
de adiós sin despedida
de noche virginal
de sucesos
de pañuelo
rocío de la muerte
manos agrietadas
tierra donde florece la sonrisa
y se siembra la palabra
son mis manos la gloriosa costumbre de la vida
©Elisabet Cincotta
Basta de ser espejo de otro rostro,
caminar sonrisas y disculpas,
hender las manos con explicaciones.
¡Basta ya! -digo-
cuando ponen por delante
palabras nunca dichas
o emergen desde un nombre ajeno.
¡Basta!
de críticos perfectos
que eruditan signos sin sentido
y engendran falacias a los vientos
con la certeza de ser indestructibles.
Basta de míseros aullidos,
de la insana relación del silencio,
de soportar al egoísmo
que denigra y compromete.
Basta de ser este reflejo,
de gritarme,
......ordenarme,
...........exigirme......sin efecto.
¡Basta!
¡que mañana es hoy!
©Elisabet Cincotta