Por ser hijo del viento
no detienes tu camino
a pesar del aullido de la noche,
del amor, del trino,
de la soledad luciérnaga
y del tiempo.
Por orfandad de albas,
mina, incienso, motivas
del andar ninguna estancia
y no quieres ser lucero, agua,
nieve, silencioso torrente, catarata.
Por no ser quien amanezca en mi mesa
hoy rubricas un adiós de despedida.
Elisabet Cincotta
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
3 comentarios:
Poesía gigantesca, en forma y expresión.
Me gusta reencontrarte en cada verso.
Muy bella tu poesia
Gracias por la invitacion
Abrazos con cariño
Atravesada de sentimientos, las palabras se enhebran y se llenan de contenido en imágenes sencillas y de una dulce fuerza.
azpeitia-aleph
Publicar un comentario