No necesité reflejos ni oráculos
que anunciaran la llegada.
Fui el anverso de tu imagen.
Sometí los pasos a tu estancia.
No necesité arrimar leños a fogones.
La pasión se daba sin juegos
-la escalera real era ensueño
cuando admirabas mi cuerpo
ausente de palabras-
No necesité la foto entre las manos
para recorrer los hoyos de tu cara
ni cerrar los ojos para ver
la figura prohibida en las mañanas.
Elisabet Cincotta
No necesité la foto entre las manos
para recorrer los hoyos de tu cara
ni cerrar los ojos para ver
la figura prohibida en las mañanas.
Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados
5 comentarios:
Qué bonito, Elisa. Todos tus pomas tienen una dulzura que desarma.
Te dejo un beso grande.
Nunca se necesita abrir los ojos para ver ni estirar los dedos para acariciar a al ser amado.
Bello
Y con el anverso de la imagen me quedé, mi querida amiga. Bello poema
Un abrazo
Eli: ¿qué decir? tus letras tienen una magia increible. te admiro.
Liliana
Pasión y palabras entrelazadas en este maravilloso poema.
¡¡Precioso!! aunque suene reiterativa... un abrazo
Maryro
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