
Buenos Aires aparece
circundante de humores,
portento, tango, bulín,
nostalgia que se mezcla
entre cartones del Abasto
donde el funyi hizo historia.
Aunque la llame
bandoneón quejumbroso
es alpargata bigotuda,
pies bajo la lluvia,
es puchero, mate cocido.
Y, entre carro, papel, trapos viejos,
su glamour luce doliendo.
Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados