lunes, febrero 02, 2009

DOMINGUERA

Se cae el mi esta tarde dominguera.
Se cae sin espanto.
El tango duerme entre cantos
y la milonga besa su silueta.

El bandoneón abraza el pentagrama,
el contrabajo tiembla en el lamento
y es el piano quien recoge movimientos
que ponen la nota entre la pista.

Suena la orquesta con soltura,
quiere retornar a alguna esquina,
adoquín, farol, boliche que perfuma
el canto del vaivén y la cadera.

Hay nostalgia de pasado,
melancolía en silencios.
El tango rearma el argumento
para latir en tarareos.

El mí-el tú
y la cadencia se pierden
esta tarde moribunda,
fueye que nos hace, aún distantes,
pasajeros de la vida.

Elisabet Cincotta

derechos de autor reservados

4 comentarios:

CANTACLARO dijo...

A compadrear, por que así lo manda el tango! Tu poema no le falta sino el resongar de un bandoneón.

Besos,

Ana Lucía

Migdalia B. Mansilla R. dijo...

Lo dicho...eres tango amiga, eres bandoneón, guitarra y piano...eres el somos del verso que "compadrea" como bien dijo Ana Lucia.

Besos,
Migdalia

Liliana V. dijo...

qué más se puede decir de quién es puro tango y melodía en sus letras.
Impresionante lo suyo.
besitos Elisa.
Liliana

La Soñadora dijo...

Muy bueno Elisa. Un saludos.

Erika