Intenté estar sin vos en esta esquina
donde resbalo tras la lluvia
que acompaña el sagrado adiós
con que te fuiste.
Intenté leer cartas
donde la victoria de palabras
bordaba punto cruz,
sin juramento la noche.
Intenté divagar, entre los charcos,
barcos de papel
y siempre aparecí en tu nombre
arrinconada de recuerdos
Elisabet Cincotta
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
4 comentarios:
Precioso poema.
Cuando gustes, pasá por mi blog. Hay algo para vos.
Muchos cariños.
http://raquelgfernandez.blogspot.com/
Cuando uno está ya en nuestro ser cualquier intento es iútil.
Un abrazo Eli, Gus.
El olvido no es olvido cuando alguien mantiene la memoria viva en la mente y, sobre todo, en la piel. Cuando uno de los dos revive caricias, palabras, gestos... el otro también mantendrá la memoria, aunque no sea conciente de ello. Al menos es lo que quiero creer.
Con pocas pero exactas palabras, expresaste lo que a mi me llevó montañas de papeles tiradas al papelero.
Seguiré leyendo todas tus poesías. Lo que ví me atrapó.
Te pido disculpas por no haber pasado antes. Reconozco ser algo vago... je
Muchas gracias por tu visita y tus alentadoras palabras en mi Blog. Ojalá te pueda ver de nuevo por allí. Será un gusto y un honor (¿suena a antiguo? No importa...)
Un beso...
Marcelo
Charcos, barcos de papel, con esa figura me tocaste hasta la médula, qué preciosidad, es la imagen del adiós y la congoja de lo que se fue. Alguna vez cuéntame como te pones en situación, que resortes pones a funcionar, magistral Elisa.
Publicar un comentario